31 agosto 2008

Los 90 años de la Reforma, ¿quién se acordó?

Es una verdadera lástima que al cumplirse el 90º Aniversario del mayor hecho cultural y educativo de America Latina pocos parece que se hayan acordado del mismo, por un lado desde lo institucional pocas fueron las casas de altos estudios que realizaron actividades en homenaje (actividades de carácter significativo por lo menos) y desde lo gremial a mi conocimiento solo arribó la Actividad que realizó el Movimiento Nacional Reformista los días 23 y 24, en los cuales confluyeron estudiantes de todo el país, y en el cual se desarrollaron dos jornadas debate de excelente nivel con disertantes de la talla de Carolina Scotto, Marcelo Cavarozzi, Francisco Morea, Lino Barañao, Ruben Giustiniani, Víctor De Gennaro, Hermes Binner por citar algunos.
Tamaña exposición nos hace pensar de la importancia de las organizaciones político estudiantiles y de lo relevante de su lazo con los partidos políticos, estos últimos actores esenciales del fortalecimiento de la democracia y las instituciones. Esto último quiero resaltarlo ya que con las últimas crisis económicas, políticas, sociales, educacionales e institucionales que ha vivido Argentina, pareciera que los grandes culpables del desastre o por lo menos los que mayor responsabilidad tienen son los partidos políticos, y si bien cuota de verdad existe; este caballito de batalla de algunas agrupaciones que una vez llegadas al objetivo se comportan como lo peor de las organizaciones políticas, niega en plenitud los beneficios del sistema de partidos. No se puede soslayar que la Constitución Nacional les concede el privilegio de protagonizar nuestra vida institucional, y que la experiencia de otros países nos llevaba a pensar que el problema no son los partidos sino quienes lo integran, de ahí que analicemos el “se vayan todos” como un buen síntoma ya que gran parte de ese “todos” le han generado demasiados perjuicio al país.
Por otro lado es necesario hacer una expresa defensa de la organización estudiantil, ya que de ella y por ella surgió la universidad que tenemos hoy, la cual con sus defectos y virtudes, nadie puede negar que es mejor que la imperante hasta 1918; hoy los temas que marcan la agenda universitaria son varios, la inclusión y contención de estudiantes, docentes y no docentes, autonomía, gobierno, gratuidad, excelencia, y muchos más, lamentablemente, a veces parece que el querer tratar a todos impide la solución de algunos (“lo único imposible es realizar todos los posibles a la vez”) de ahí que sea necesario encarar uno a uno los problemas de esta universidad en crisis, donde se plantea cogobierno, pero paradójicamente no se llevan a cabo medidas de participación, ¿de qué nos serviría tener igual voto que un docente si serían pocos los estudiantes
que eligen a sus representantes?; ¿Por qué hablamos de excelencia, cuando no se Los 90 años de la Reforma, ¿quién se acordó? abren las comisiones curriculares? ¿cuando de Abogacía pese a reclamos se sigue dictando clases los sábados o a la siesta en contradicción a la idea con la que se dio apertura a dicha carrera, en contradicción con la palabra empeñada? El desafío de hoy es lograr que un mayor numero de gente llegue a la educación de grado, y que un porcentaje alto de ellos obtenga un titulo para ponerlo al servicio de la nación, ya que no se puede negar esa cruda realidad (los datos presentados en el Consejo Superior hablan por sí mismos) de que pocos llegan y menos se diploman. Así no es poco recordar lo que decía Guillermo Estevez Boero, “la universidad crea un hombre nuevo, de pensamiento crítico, con conciencia social y sobre todo con un sentir de ayuda y servicio al país”, sólo cuando logremos eso vamos a encontrarle sentido a esta educación, mientras tanto seguiremos ahondando un modelo “moderno” que sólo busca el individualismo, egoísmo, nihilismo que no sólo destruye a las casas de altos estudios, a la sociedad, sin que a nosotros mismos; los desafíos están a la vista, es sólo cuestión de ponerse a trabajar aunadamente, el espíritu reformista, hoy más que nunca vigente…

Raul Rodriguez
PUBLICADO EN HOJA APARTE

1 comentario:

Estudio Jurídico Molina Negro dijo...

La nota dice mucho más que su título incisivo, probablemente necesitaba de otro encabezado para ser más exactos pero así fue publicada. No podemos dejar de aceptar que todo lo que dice tiene su cuota de verdad, más allá de la crudeza de su prosa que refleja sin suavidad la crudeza de la realidad misma.
Asistimos, sin saberlo quizás, a una situación histórica excelente para emprender los cambios que el país y la nación necesitan. Y no hablamos solamente de la política universitaria. Es obviamente uno de los pilares fundamentales en los que debe basarse una nueva construcción de país y en una consolidación de la identidad nacional. Pero es necesario también la construcción de un nuevo ser humano, con profundo sentir ciudadano y compromiso social. La educación es el motor que genera los cambios culturales, y esta construcción de la que hablamos necesita una verdadera revolución en este nivel. Pero estará en cada uno de nosotros, ya insertos en este sistema totalmente injusto, realizar un cambio en nuestra visión "utilitarista" y egoísta del mundo y así encuadrar nuestras relaciones inter-personales con la bandera de la solidaridad permanente y el compromiso social. Pero sin olvidarnos de lograr un verdadero interés ciudadano y profundo sentir nacional, ya que el interés por lo público y una verdadera conciencia de nación, se convierten en un repelente efectivo contra conductas sempiternas como la corrupción, la mentira y el contubernio institucional.
He aquí la verdadera revolución: un nuevo ciudadano capaz de reconocerse parte de una nación y totalmente comprometido con el sufrimiento de sus prójimos. Un nuevo ser humano que sepa reconocer la mentira, pero que no mienta; que sepa hacer valer sus derechos, pero que cumpla sus obligaciones; que se sienta identificado con el sufrir de sus pares y que acuda en su auxilio desinteresadamente. La verdadera revolución, es hacer a la democracia más humana; es lograr que los avatares del sistema capitalista no nos venzan; es generar las posibilidades para que esto no sea ya Revolución sino cotidianeidad.