16 septiembre 2010

Noche de los lápices

El 16 de septiembre, los argentinos recordamos el secuestro y posterior desaparición de un grupo de jóvenes estudiantes secundarios de La Plata, jornada que pasó a la historia como "La Noche de los Lápices", símbolo de la represión militar contra un grupo de estudiantes secundarios de La Plata, promotores del masivo reclamo por un Boleto Estudiantil y con una fuerte y comprometida militancia en la Unión de Estudiantes Secundarios (UES).

Este hecho fue un secuestro planificado y sistemático de estudiantes secundarios con el fin de anular una potencial resistencia al proyecto político, social y económico a implementar por Videla, Massera y Agosti en nuestro país. Por lo tanto, no se trató de un hecho aislado: desde el 24 de marzo de 1976, el "Proceso de Reorganización Nacional" llevó adelante un plan sistemático de secuestro, desaparición, tortura y muerte de 30.000 argentinos.

Jóvenes estudiantes, de entre 16 y 18 años, fueron secuestrados de sus respectivos domicilios, luego de ser sometidos a terribles vejámenes y torturas, la mayoría de ellos desaparecieron para siempre, en una suerte de escarmiento concebido por la dictadura y ejecutada por el Gral. Ramón Camps.

En aquella época tocaron momentos de grandes transformaciones y cambios a nivel nacional, regional y mundial, lo que hizo que aquellos, casi niños que eran, tomaran conciencia de la importancia de participar intensamente en la vida social y política de nuestras comunidades, de organizase políticamente comprometiéndose en la lucha contra la desigualdad y el autoritarismo.

Desde el Movimiento Nacional Reformista, vemos la oportunidad -la necesidad- de que estas líneas sean un homenaje a la militancia política de aquel grupo de jóvenes. Jóvenes adolescentes, apenas comenzando a construir sus propias historias personales, su identidad.

No podemos limitarnos a recordar a estos jóvenes estudiantes como simples reclamantes de determinadas reivindicaciones, como lo fue en este caso el boleto escolar. Su reclamo, era el de una sociedad más justa, más libre e igualitaria; y estaban convencidos que eso sólo se alcanzaría a través de la militancia política comprometida y desinteresada.

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