07 septiembre 2011

El destacado analista internacional comenzó a dictar en la Universidad un curso de posgrado sobre “Crisis capitalista y alternativas para Nuestramérica”.

Dictado por el prestigioso académico y analista internacional Julio Gambina, comenzó en la Universidad Nacional de Río Cuarto el curso extracurricular de posgrado “Crisis capitalista y alternativas para Nuestramérica” organizado por la Facultad de Ciencias Económicas y la Asociación Gremial Docente (AGD).

En ese marco, el rector Marcelo Ruiz recibió este martes al destacado visitante, quien llegó acompañado del secretario general de la Asociación Gremial Docente de la UNRC, Jorge Adaro.

Tras el encuentro con el rector Marcelo Ruiz, con quien dialogó sobre aspectos de la realidad política, económica y gremial del país, Gambina consideró que “la Argentina, desde 2001, hizo manifiesta una crisis política que aún no está terminada, sino que por el contrario continúa. Incluso, el resultado de las primarias, aunque el 50 por ciento haya elegido una opción gubernamental, pone de manifiesto la continuidad de esa crisis política”.

En el plano gremial, en tanto, el doctor Gambina destacó que la CTA marcó la necesidad de “ir hacia un nuevo modelo sindical”. En este sentido, sostuvo que “la CTA tiene la virtud de que es una Central de Trabajadores, no es una central de sindicatos. La mitad de los afiliados actuales de la CTA son afiliados directos, son individuos, personas, hombres y mujeres. La CTA agrupa a organizaciones de pueblos originarios, a movimientos de jubilados, a organizaciones territoriales. El modelo sindical de la CTA rompe con la tradición de sindicatos en relación regular. No es que la CTA no quiera que haya regularización del empleo, lucha por eso, pero la realidad es que la mayoría de los trabajadores está en situación irregular”.

“Esto remarcó el reconocido visitante- está siendo mirado en todo el mundo porque las protestas de los trabajadores sindicalizados o no sindicalizados se generalizan”.

Julio Gambina es doctor en Ciencias Sociales de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, profesor de Economía Política en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario, presidente de la Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas (FISYP) e integrante del Comité Directivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO). También, participa como miembro del Consejo Académico de ATTAC-Argentina y dirige el Centro de Estudios de Formación de la Federación Judicial Argentina.

Crisis capitalista

Gambina precisó que el eje central del curso que está dictando en la Universidad es la crisis capitalista contemporánea y la discusión sobre las alternativas.

“Ello –indicó- supone primero una discusión a fondo sobre el diagnóstico del fenómeno de la crisis, pensada como una crisis integral, una crisis del sistema capitalista, que supone distintas facetas, como financiera (caída de bolsas, de bancos, etcétera), crisis económica (problemas que impactan en el crecimiento de los países, en empresas productivas), pero también crisis alimentaria, que contradictoriamente a un momento de expansión de la producción agropecuaria, según la FAO, organización especializada en el tema de alimentos de las Naciones Unidas, hay 1.020 millones de personas hambrientas a 2009”.

“El impacto de la desaceleración de la economía o de la recesión productiva –dijo el académico- no sólo genera esta contradicción de muchos alimentos y hambrientos en el mundo, sino que al mismo tiempo hay una expansión de la producción y, según la OIT, un tercio de la fuerza de trabajo mundial tiene problemas de empleo, o de salario, o de precarización, y por eso nos encontramos con una crisis financiera, económica, alimentaria, pero también una crisis en los procesos productivos, que genera una desalineación entre los productores y los consumidores, entre los trabajadores, el proceso de trabajo y el producto final. Por eso –agregó- también es una crisis energética, donde hay un límite muy serio para la producción de hidrocarburos, que es la base material como insumo estratégico de la producción contemporánea. Hay un agotamiento de las reservas naturales de petróleo y por lo tanto hay que buscar fuentes alternativas. Y este uso intensivo del petróleo y de la revolución productiva en el agro y de los mecanismos derivados del modelo productivo actual genera una crisis medioambiental”.

Gambina señaló: “Nuestro país es parte del mundo. Argentina, al igual que América Latina, está teniendo unos índices de crecimiento económico por encima del crecimiento de la economía mundial. Pero cuidado con el diagnóstico, porque ese mayor crecimiento de la Argentina o de América Latina está vinculado al fenómeno de crisis. Los precios internacionales de las materias primas crecen porque hay crisis mundial. Crece el petróleo porque hay crisis energética, hay disminución de las fuentes de energía y mientras no se sustituyan esas fuentes de energía crece el precio del petróleo. El precio de los alimentos también crece por una situación de crisis que el modelo productivo provoca con la especulación del precio de las materias primas. Argentina no es un país minero, pero últimamente ha recibido cuantiosas inversiones en minería y está produciendo y exportando oro, un metal que se ha valorizado de manera muy importante producto de la crisis. O sea, Argentina está recibiendo los beneficios de la crisis internacional, pero son beneficios entre comillas, por lo tanto hay que pensar a la Argentina y a América Latina como parte de la crisis”.

“Un dato positivo en este sentido –remarcó- es que los ministros de Economía y los gobiernos de la región UNASUR han decidido crear el Consejo Económico Financiero, con un diagnóstico que señala que hay necesidad de tener políticas anticrisis compartidas en la región, porque la crisis mundial está impactando en nuestras economías”.

Agregó: “Este es un cambio de discursos en los gobiernos de la región, porque hasta ahora parecía que Argentina y América Latina no sufrían los embates de la crisis. La crisis está aunque el crecimiento de la economía local sea mayor al crecimiento de la economía mundial.

Buscar una nueva alternativa política

Sobre la realidad nacional, Gambina comentó que “la Argentina, desde 2001, hizo manifiesta una crisis política, que aún no está terminada, por el contrario continúa. Incluso, el resultado de las primarias, aunque el 50 por ciento haya elegido una opción gubernamental, pone de manifiesto la continuidad de la crisis política. Dicho de otra manera, los sectores de la derecha tradicional no logran constituir una propuesta política que sea atractiva para el conjunto de la sociedad, y muchos sectores de las clases dominantes no ven con satisfacción al propio gobierno actual, pero no pueden constituir una oposición distinta y uno ve cómo después de las primarias hay un conjunto de fotos donde las clases dominantes posan junto al gobierno destacando el modelo productivo”.

“Al mismo tiempo –precisó- la DGI acaba de informar la recaudación del mes de agosto y el impuesto que proporcionalmente más crece de agosto de 2010 a agosto de 2011 es el impuesto a las ganancias, lo que está dando cuenta de un crecimiento fenomenal de las ganancias de las empresas que dominan en la Argentina, y siguiendo las cifras del propio INDEC, de las 500 empresas más grandes, 374 son extranjeras, lo que demuestra que las clases dominantes pueden tener una aspiración política de cambio de gobierno, pero las clases dominantes son pocas en términos numéricos, y tienen que equilibrar el buen funcionamiento del ciclo económico de sus empresas con el funcionamiento político de la Argentina, por eso es que me animo a decir que hay crisis política, pero también hay crisis política de la representación popular o de la izquierda, si se quiere, en términos muy generales. No estoy hablando de una izquierda partidaria sino de un arco popular muy diverso que involucra a distintas organizaciones sociales, más allá de los propios partidos políticos, que no tiene alternativas”.

“En la América Latina de 2011 –dijo- se discute el socialismo: el socialismo cubano, el socialismo bolivariano, el socialismo comunitario, que es el intento de encontrar otro orden económico-social, cultural, otro modelo productivo y de desarrollo. Ante una crisis integral, sistémica, civilizatoria, como la que se vive, surge la discusión sobre en qué modelo hay que vivir, qué tipo de orden económico, social, cultural; si la Argentina tiene que seguir siendo el país de la sojización, de la megaminería a cielo abierto o de una industria automotriz para la exportación concentrada en terminales extranjeras, o la Argentina tiene que organizar una economía, una sociedad, una cultura para la soberanía alimentaria, energética, financiera, y eso supone generar la subjetividad necesaria para transformar la realidad. Para eso hace falta construir una alternativa política”.

El mundo mira a la CTA

Desde el punto gremial, Gambina remarcó que “La CTA tiene la importancia de que hace veinte años fijó que hay que ir hacia un nuevo modelo sindical. El modelo sindical tradicional agrupa a los trabajadores en relación de dependencia, que son la minoría en la Argentina y en el mundo. La mayoría de los trabajadores está desocupado, precarizado o tercerizado; esta es la realidad del empleo actual”.

“La CTA –sostuvo- tiene la virtud de que es una Central de Trabajadores, no es una central de sindicatos. La mitad de los afiliados actuales de la CTA son afiliados directos, son individuos, personas, hombres y mujeres. La CTA agrupa a organizaciones de pueblos originarios, a movimientos de jubilados, a organizaciones territoriales. La CTA rompe con la tradición de sindicatos en relación regular. No es que la CTA no quiera que haya regularización del empleo, lucha por eso, pero la realidad es que la mayoría de los trabajadores está en situación irregular”.

“Esto –subrayó Gambina- está siendo mirado en todo el mundo porque las protestas de los trabajadores sindicalizados o no sindicalizados se generalizan. La semana pasada hubo un encuentro en Nicaragua, el Encuentro Sindical de Nuestramérica, que reunió a 330 delegados de 124 organizaciones de 27 países de la región y algunos visitantes africanos y europeos. Allí, Nicaragua mostraba que una de las organizaciones más dinámicas es el Sindicato de Trabajadores por Cuenta Propia, es decir de trabajadores autónomos, y la sindicalización de trabajadores autónomos es una novedad para muchas organizaciones tradicionales”.

“Toda la diversidad de trabajadores que están buscando empleo, condiciones para reproducir la vida, se van agrupando –expresó el académico-. La CTA ha dado una perspectiva teórica de organización que está siendo mirada universalmente. Esta es una posibilidad fundamental para pensar en la construcción de alternativas políticas”.

“La CTA –manifestó- se propone agrupar a todos los trabajadores, por lo tanto se ha dado una perspectiva de ir a una afiliación masiva de 4 millones de trabajadores, para que los trabajadores tengan representación político-gremial y desde allí construyan un proyecto emancipador. Mirando lo que pasa en América Latina, la CTA ha lanzado la propuesta de construir una Constituyente Social, que es nada más y nada menos que agrupar al movimiento popular más allá de los trabajadores, para discutir el país que se tiene y el país que se quiere y generar un movimiento por una nueva organicidad económico-social-cultural de la Argentina”.

El curso

El curso extracurricular de posgrado sobre “Crisis capitalista y alternativas para Nuestramérica” tiene como objetivo acercar a los docentes y graduados con títulos de grado universitario, en particular a los docentes universitarios, al conocimiento de la situación económica internacional de las últimas décadas, su impacto en Latinoamérica y las alternativas posibles para nuestros países dentro del contexto actual.

El contenido temático se desarrollará en dos módulos. En el primero, se abordará la crisis de la economía mundial en la actualidad; la secuencia histórica entre 2007 y 2011, los antecedentes mediatos (2001) de recesión estadounidense; la evolución de la economía mundial en la primera década del siglo XXI; la emergencia de China y otros países del mundo que reclaman un lugar en el sistema mundial; los mecanismos de expansión de las finanzas globales; América Latina y su desarrollo en los años ´80 y ´90; La discusión sobre globalización y mundialización; las variaciones de las relaciones sociales de producción luego de la crisis del ´70; las políticas de liberalización; el Consenso de Washington y las propuestas de librecambio; la respuesta a las políticas hegemónicas.

En el segundo módulo, los temas que se abordarán serán: las políticas anticrisis. Estrategia de los países desarrollados. El G20 y el FMI. Las propuestas desde el Sur. La integración y su perspectiva alternativa: el caso del ALBA. Nueva arquitectura financiera mundial. Los procesos de cambio en la región latinoamericana. Las reformas constitucionales y su impacto en la política y en la economía. Economía alternativa: experiencias y desafíos.

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