27 diciembre 2008

Estrategias de construcción política

La complejidad de la realidad actual nos enseña que es imposible para las organizaciones políticas construir alternativas en forma “solitaria” capaces de contener un gran universo de intereses. Las problemáticas que enfrentamos tienen un grado de complejidad tal que no se hace posible dar respuestas únicas y simples y por sobre todo, desde un único lugar.
La crisis de la democracia de representación ha cruzado a las organizaciones políticas fuertemente generando en ellas una crisis de sentido y esencia, lo que hace que encontremos partidos políticos fracturados en varios partidos más, del mismo modo que aparezca una utilización abusiva del sentido de las articulación entre organización, apareciendo discursos despampanantes sobre construcciones colectivas, que a poco de caminar se muestran como construcciones más parecidas a uniones transitorias de empresas que a verdaderas propuestas programáticas sólidas, orgánicas y coherentes.
La historia reciente nos muestra experiencias poco felices en relación con las diversas articulaciones entre organizaciones. Ello no implica que toda alianza, frente, construcción conjunta, etc., sea inválida; ni que articular implique para las organizaciones diluirse ideológicamente.
La historia de nuestra organización política es una historia de articulaciones y construcciones conjuntas, que lejos de haberla debilitado, han sido una usina de ideas y tensiones que han mantenido activas y fuertes las fibras sensibles de nuestra agrupación.
Ante esta realidad debemos doblar la apuesta. Si nuestra historia nos muestra como capaces de articulación, debemos encontrar el modo de seguir articulando de modo serio, en pos de transformar positivamente la realidad.
Sin dudas para ello hace falta fortalecerse internamente. En este sentido, Lo que ha quedado claro en nuestro encuentro también, es que ser fuerte no es reducible a la cantidad de votos obtenidos. Ser fuertes es poder diseñar y poner en marcha dispositivos de organización que profundicen las prácticas democráticas al interior de nuestra organización que garanticen la pluralidad de pensamiento y de visiones que en la síntesis encuentre la energía de la unión y el compañerismo para emprender los caminos de manera conjunta.
Esta síntesis colectiva será la que posibilite instalar en la agenda pública los temas que consideremos más sensibles y cruciales para el mejoramiento social. Constituirá nuestro programa de acción.
Es ese programa de acción surgido del consenso y la discusión colectiva, el que nos indicará cuándo, de qué modo y con quiénes debemos y podemos articular.
Este camino, esta metodología, es la que ha sido ratificada en nuestro encuentro en los talleres a medida que compartimos nuestras experiencias. Las articulaciones pueden ser de las más variadas formas, de modo de encontrar desde trabajos conjuntos por el reclamo de puntuales temáticas, a listas conjuntas regionales, a listas conjuntas facultad por facultad, a conformación de frentes orgánicos con contenido ideológico-programático desarrollado.
La convicción del diálogo a partir de una agenda ideológicamente definida es la fortaleza que nos diferencia de muchas fuerzas políticas y que posiciona en otra perspectiva cualquier articulación con diferentes fuerzas del espectro universitario y del no universitario sin perdernos en el camino. Diálogos fructíferos que vean nacer alternativas sólidas, con bases programáticas claras, con mecanismos de decisión democráticos, que sean capaces de mirara a las personas porque existe una propuesta real que parte de un fuerte compromiso. Una alternativa integral y plural a una realidad compleja y diversificada. Ese es Nuestro Desafío.

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