27 diciembre 2008

Políticas de producción de conocimiento social y transferencia

En modo coherente con el anterior, este eje-síntesis de los talleres del encuentro aborda una temática sin dudas complejas y muy cara a la identidad de las Universidades Nacionales y a la práctica militante cotidiana de cada compañero/a de nuestra organización.
Pensar en la generación de conocimiento, en cómo se lo produce, en por qué se lo produce y en para quién se lo produce, son reflexiones que sin dudas nos ponen del lado del pensamiento reformista, o del lado del neoliberalismo.
El conocimiento se ha mercantilizado extremadamente en la inmensa mayoría de las universidades. Desde hace tiempo, la extensión universitaria (mecanismo diseñado desde la reforma para transferir el conocimiento producido a la sociedad), se ha transformado en innumerables nombres y formas de servicios a terceros, producción de conocimiento para al servicio de quién lo paga, muchas veces quien lo paga define la agenda de investigación de la universidad pública.
En paralelo a este proceso, la extensión universitaria resultó en diferentes programas de intervención social que en la generalidad de los casos no transfieren conocimiento producido en la universidad a la sociedad.
Quienes son motor de viabilización de este tipo de intervenciones son los y las estudiantes. De este modo, aquellos/as estudiantes con interés en la intervención social, se han visto distanciados de los espacios de producción de conocimiento.
A su vez, este distanciamiento cada vez mayor se ha traducido en la pérdida de capacidad del estudiantado de incidir en las agendas de investigación, dado que los grupos de investigadores se cierran cada vez más en pocas manos, que son las que condicionan de manera notoria la imposición de criterios elitistas y sectarios para ingresar a dichos espacios.
Toda esta problemática es tomada por las agrupaciones que conforman el Movimiento Nacional Reformista. De los relatos surgidos en los talleres, hay un sinnúmero de experiencias que discuten con el modelo instaurado.
Resaltan actividades de sensibilización de la comunidad educativa acerca de estas temáticas, proyectos de extensión que acercan conocimiento a la comunidad, discusiones interna acerca de la distribución de los recursos de la universidad y acompañamiento de los reclamos por mayor presupuesto universitario; la discusión acerca de los perfiles profesionales que promueven los actuales programas de estudio, entre otras iniciativas.
En orden a profundizar la acción surge la necesidad de espacios de discusión profunda sobre la realidad de cada carrera o al menos de las áreas temáticas afines, el involucramiento de cada compañero/a en programas de extensión y de investigación procurando incidir fuertemente en las agendas de investigación, el desarrollo de actividades de concientización y promoción de involucramiento de los y las estudiantes en las problemáticas sociales.
Hace falta devolverle el sentido de solidaridad profunda que introdujo la gesta reformista en la generación y transferencia de conocimiento a la Universidad Argentina. Los programas de estudios, las agendas de investigación y las estrategias de intervención social de la universidad deben ser discutidos. Deben ser parte de la agenda constante de acción del reformismo. La formación de estudiantes y la producción de conocimiento han sido siempre la razón de ser de nuestras universidades. Lejos de estar separados, estas dos acciones son indisolubles. No es posible formar personas de manera integral –más allá de lo técnico- con conciencia social, si las agendas de investigación representan la privatización del conocimiento y la extensión universitaria queda relegada a una mera fachada seudoprogresista sin la más mínima jerarquización real en la vida de cada una de nuestras universidades.

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