Las universidades nacionales no escaparon a la lógica generalizada en los ’90 sobre “cómo” pensar el abordaje político de las problemáticas sociales. De este modo, proliferaron pequeñas parcelas diferenciadas de contención para estudiantes, cada una de las cuales tomaba una parte de los problemas relacionados con el ingreso, la permanencia y el egreso. Los mecanismos fueron diferentes según la realidad socioeconómica de cada alumno/a, apareciendo las becas como herramienta sobresaliente del sistema.
El Movimiento Nacional Reformista no está en contra de estrategias de contención diversas. De lo que está en contra es de la implementación de diferentes sistemas de contención, lo que significa finalmente, diferenciación de valores y objetivos en cada sistema. Así, un/a alumno/a de bajos recursos o situación social compleja, debe conformarse con poder permanecer en la universidad obteniendo el título, en tanto que otro/a puede acceder a becas de perfeccionamiento de estudios… lo que es peor, muchas veces la racionalidad de otorgamiento de becas de investigación, de elección de pasantías, etc., se basa en la prelación de alumnos/as a partir de un índice generalmente vinculado de modo directo y excluyente al promedio (más otra serie de indicadores de “rendimiento académico”) que nunca toman en cuenta la realidad social de cada estudiante. Finalmente, el sistema, al separar las estrategias de abordaje de cada “población estudiantil” lo que hace es definir qué tipo de estudiante es el que desea “producir” y fortalecer: alumnos de clase media-alta hacia arriba, que no sean padres ni madres (ni deseen serlo), sin problemas familiares, sociales, etc. Claramente, hay un gran porcentaje de argentinos-as que quedan fuera de esta caracterización.
Por ello, consideramos central discutir “políticas integrales” de bienestar estudiantil que garanticen a todos y todas las mismas posibilidades. Comedores universitarios, becas de estudio, obra social, acceso a actividades deportivas no serán las únicas temáticas vinculadas a la idea del bienestar estudiantil. Hace falta agrandar el concepto; además de lo nombrado, la implementación de políticas integrales deberán pensar estratégicamente el desarrollo total de los y las estudiantes, entendiendo por ello que la discusión de planes de estudio, de perfiles de profesionales, de acceso a becas de investigación, de los datos a partir de los cuales se elaboran los índices utilizados para priorizar a algunos/as sobre otros/as, son todas discusiones acerca del Bienestar de los y las estudiantes.
El Movimiento Nacional Reformista no está en contra de estrategias de contención diversas. De lo que está en contra es de la implementación de diferentes sistemas de contención, lo que significa finalmente, diferenciación de valores y objetivos en cada sistema. Así, un/a alumno/a de bajos recursos o situación social compleja, debe conformarse con poder permanecer en la universidad obteniendo el título, en tanto que otro/a puede acceder a becas de perfeccionamiento de estudios… lo que es peor, muchas veces la racionalidad de otorgamiento de becas de investigación, de elección de pasantías, etc., se basa en la prelación de alumnos/as a partir de un índice generalmente vinculado de modo directo y excluyente al promedio (más otra serie de indicadores de “rendimiento académico”) que nunca toman en cuenta la realidad social de cada estudiante. Finalmente, el sistema, al separar las estrategias de abordaje de cada “población estudiantil” lo que hace es definir qué tipo de estudiante es el que desea “producir” y fortalecer: alumnos de clase media-alta hacia arriba, que no sean padres ni madres (ni deseen serlo), sin problemas familiares, sociales, etc. Claramente, hay un gran porcentaje de argentinos-as que quedan fuera de esta caracterización.
Por ello, consideramos central discutir “políticas integrales” de bienestar estudiantil que garanticen a todos y todas las mismas posibilidades. Comedores universitarios, becas de estudio, obra social, acceso a actividades deportivas no serán las únicas temáticas vinculadas a la idea del bienestar estudiantil. Hace falta agrandar el concepto; además de lo nombrado, la implementación de políticas integrales deberán pensar estratégicamente el desarrollo total de los y las estudiantes, entendiendo por ello que la discusión de planes de estudio, de perfiles de profesionales, de acceso a becas de investigación, de los datos a partir de los cuales se elaboran los índices utilizados para priorizar a algunos/as sobre otros/as, son todas discusiones acerca del Bienestar de los y las estudiantes.
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